No fue y no será. Tus ojos emitiendo el brillo sobre los míos,
mi “yo” desprovisto de tu “yo”.
No fue y no será un amanecer borracho de conversaciones absurdas mientras el sol alza su brillo a plena luz destellándome entera sin ser precavida.
No fue y no será.
Quedarás como ese maldito joder que jamás quise acompañar de tu nombre. Desviaré las calles con tal de alcanzar un todo sin ti, escaparé harta de cobardía y a tus entrañas les dará igual que desaparezca mi olor y no me quedará más remedio que ser pasado, un error.
Fuiste y jamás serás.
Y el dolor arruinará cada vena de mi cuerpo llamándote ojalá.
No fue y no serás verdad.
Jamás.
Me quedará ser, sin ti, la aventura desprovista de la simetría perfecta que imponías sin contemplaciones.
Me quedará alejarme para acercarme.
Ingresaré en la trampa del desencanto radical para ser un algo que danza a la macabra irrevocabilidad del puñetazo al corazón dejando aún más hueco el agujero de la decadencia absoluta.
Arruinaré mi escombro con tus cenizas para alzar el arco de triunfo que nunca hubiese sido por ti.
Si acaso somos, seremos solo pasado.
Tu veneno correrá por las alcantarillas con una pizca de la desilusión que desaprovechamos… Tú temblando y yo sin putas condiciones.
